21 de febrero de 2017

Galería - Jorge Sevilla





Jorge Sevilla, Madriz 1993.
 “Me inspira la belleza de las cosas sutiles, las sencillas, que transmiten un mensaje al que ve la pintura, a veces solo dejo volar mi imaginación  y pinto imágenes que vienen a mi mente y así como otras que me han inspirado de toda la vida, pero que ahora con mis capacidades artísticas más desarrolladas puedo plasmarlas” 
La Belleza de la princesa.

El Güegüense
Las Musas del Sol. 

El Reflejo 

El Guerrero.
Hay Amores.

Jorge Sevilla, Yalagüina-Madriz 1993       
Ha participado en exposiciones como “ENTRE LINEAS AFRO” que se llevó a cabo en el Teatro Nacional Rubén Darío y en “COMO LOS SANTOS”, “DE LEONEL A DARÍO” Este último realizado por  Casa de Cultura Estelí. 

14 de febrero de 2017

Mi encuentro con Henry James en el parque.


Crónicas de un lector matagalpino: Mi encuentro con Henry James en el parque.

Por Ernesto Castro Herrera.



Las librerías en Matagalpa son pequeñas, venden crucifijos y tazas para regalar el día del oficinista; los estantes están llenos de novelas de autoayuda, y sus precios son, sin duda, para cafetaleros millonarios. Algunas sólo dicen Ruben Darío o Sergio Ramírez, si les preguntás por autores nicaragüenses. Es por esto que mi encuentro con Henry James, este señor altivo de un pasado europeo-norteamericano, se da en mitad de un parque entre solapas antiguas y cagadas de pájaros.


Son más de las dos en una tarde del norte. Mi amiga me llama por celular y yo viajo sobre llantas apretadas, bocinas averiadas, chóferes rancheros, paradas contínuas con vistas a los cerros, las antenas parabólicas. Mi amiga está aburrida y quiere que conversemos en el Parque Morazán, pues además de oír mi voz de robot agripado, puede conectarse con el WiFi público. ¿Y cómo me ha ido? ¿Qué he hecho? Y yo bien, bien. 
Leo mucho, me limo las uñas, recito el Código del Trabajo, chateo con gringos en Doonglle que preguntan qué tal es el turismo en nuestros paraísos genitales. Ah, pues normal entonces, dice amiga con casi toda su atención en WhatsApp. ¿Qué estás leyendo?
Pregunta difícil. Yo trato de buscar una respuesta ingeniosa, certera. Quisiera decirle: pues mirá; estoy leyendo sobre un surrealista japonés drogado, una alemana que come esmegma de su vagina, la juventud ficticia y tristemente heterosexual de JM Coetzee, los diarios de una argentina que habla con sombras «Lo real no tiene por que sastisfacerme» , y, sólo por la noche, una historia muy loca-futurista sobre los dientes de Vladimir Maiakovsky. Quisiera decir esto, pero sé que ella se quedará gravitando sobre la inconsciencia interplanetaria. Así que nada más le digo: Leo un par de novelas. Y esa respuesta la satisface, mientras sigue chateando.
Mi amiga tiene pocas semanas de haber regresado de Paraguay. Estuvo por un año sirviendo en una misión cristiana en Asunción, donde aprendió guaraní y muchas citas bíblicas. Luego de criticar los emojis de WhatsApp, su pasatiempo preferido es tratar de mormonizarme. Cuando ella se cansa de hablar sobre mí y comienza con El Profeta Joseph Smith dijo... lo veo.
Lo que veo: un hombre en edad de canas reumáticas rodeado por un mar de libros. ¿Espejismo esquizoide? ¿Utopía reminiscente de mis sueños mojados? No; él es real y el humo de su cigarrillo incinerando mis fosas nasales lo comprueba. Dejo el parloteo sobre Pedro y los apóstoles de aguas africanas, y voy hacia el anciano literario. Está a cuatro pasos, en una esquina del parque. Vendedores de Eskimo y anunciantes de Claro transitan a su alrededor.
Los libros me llaman: resuenan títulos de las Brontë, García Márquez, Paul Auster, Michel Houellebecq, Carson McCullers, etc. Y resuenan mis preguntas: ¿Cuánto cuesta éste? ¿Por qué los vende? ¿No tiene promociones del 15x1? ¿Podría darme Rayuela a un sexto de precio?
Mi amiga, temerosa de ser asaltada por bazuqueros circundantes, me sigue en esta travesía bibliófila. Aunque primero se entretiene con revistas de modas y panfletos beatos, productos que el anciano literario vende si quiere devengar alguna ganancia. Luego da algunos vistazos a tomos de Ángeles Mastretta (tienen fotos de hombres gallardos y sus bigotes mexicanos). A ella no le gustan los libros usados, para ser sincero le gustan muy pocos libros, así que vino para evitar la soledad. Supongo que esa es la razón por la que también estoy aquí.
Después de mucho ver, leer contraportadas y lomos, no me decido. El anciano literario se ofusca y viene en mi auxilio. Apaga su cigarrillo oh, ven a mí aire puro y me pregunta si ya he leído a Henry James. ¿Henry James? Pues, he leído su nombre de pasadita en algunas novelas británicas. Y, bueno, algunos escritores lo mencionan en sus entrevistas cuando quieren dárselas de eruditos.¿Nada más? Nada más, acepto.
Él da la vuelta, busca en una mochila mientras se detiene su boina estilo francés, y se me ocurren historias de su vida. Debe de ser un escritor amargado y pobre que se vio en el extremo de vender los libros de escritores que admira, pienso. Entonces noto que algunos libros se están pudriendo bajo el sol y las brisas anales de los pájaros. O quizá es un editor vengativo que vende los libros de todos los escritores que envidia, concluyo.
Me trae The American de Henry James en mano. Es una edición en tapa dura, azul oscuro, que huele a pomadas para las hemorroides. Me enamora. El anciano dice el precio, no regateo pues la cantidad me convence (creo que se dió cuenta que soy tan pobre como él y me está dando un regalo). Beso mi nueva adquisición. Con lengua y todo. Mi amiga se cuelga de mi hombro y dice: Vos tan Henry James y yo tan Sandino. Me enseña un libro con AKs y montañas revolucionarias de portada. Pium, pium. No lo compra; sólo está haciendo el dundo para no aburrirse.
Nos despedimos del anciano literario y nos sentamos en una banca de la Plaza Juan Pablo II, que está al lado del Parque Morazán. Ahí mi amiga googlea «Henry James», pues le ha quedado la duda. Yo superviso la búsqueda ansioso por datos raros.
Wikipedia es nuestra lumbrera: Henry James murió de un accidente cardiovascular en el Reino Unido en el año de 1916. Y era mecánico, dice mi amiga. ¿Qué? ¿Mecánico? No te creo. Sí. Uno de sus libros se llama: Otra vuelta de tuerca. Coleccionaba destornilladores de estrella y solía untar con grasa de motor sus panecillos del desayuno. ¡Amaba escribir con el aroma de aceite quemado en su alcoba! Sí, cómo no. Golpeo a mi amiga (despacito y suavecito) para que reaccione: dejá de alucinar.
En realidad, no podemos saber si Henry James estaba fielmente enamorado de los frenos y aceleradores. Pero sí que fue un escritor de renombre, cuyas obras rondaban temas como la inocencia, el arte, el contraste entre la sociedad americana y la europea, o los fantasmas. Exacto: fantasmas. Precisamente, Otra vuelta de tuerca trata sobre esto último (y no: no eran fantasmas de mecánicos resentidos). James era tartamudo y para solucionar este problema se acostumbró a hablar con lentitud. Muy buen consejo, dice mi amiga. Lo tomaré en cuenta cuando tengo exposiciones en la universidad. Sobre su sexualidad poco se sabe, por lo que suele decirse era indefinida pero con tendencia a gustos femeninos o lo que sea que esto signifique.
Sus primeras obras se caracterizaban por tener un estilo fresco, conciso; no obstante, cuando comenzó a utilizar un amanuense se complicaron las cosas. Muchos de sus fieles seguidores y críticos afirman que ciertos pasajes de sus obras son claramente ilegibles. Perfecto, dice mi amiga, compraste una novela que ni siquiera vas a entender. ¡Felicidades! Yo, atenuado por una minicrisis, clickeo en la búsqueda de información sobre The American. Pero los links de Wikipedia están averiados y me redirigen a una película con el mismo título, basada en una novela del autor Martin Booth (¿?), que trata sobre un maestro de asesinos que debe fabricar un fusil francotirador. Ahora entiendo por qué la Wikipedia no es una fuente confiable, reflexiono.
A ver, tenemos el libro acá, dice mi amiga. No es necesario buscar nada en la red. Leamos. Buena idea. Y lee, en una página al azar: «Soy muy débil, muy débil.» Newman se estremeció al oírla. «Esa es una razón más para que usted se entregue a mí» dijo. «¿Por qué se inquieta? No hay nada que deba inquietarla. Yo sólo le ofrezco felicidad. ¿Es tan difícil creerlo?»
Awww.
Qué purete, se emociona mi amiga. Ese Newman hasta habla como Jesucristo.
Esa tarde leemos algunos versículos más de la biblia jamesiana, hasta que el ocaso anaranjado aparece en el cielo septentrional.



7 de febrero de 2017

Se anuncia un asesinato - Agatha Christie.


Por Avis Opugno.

Hola elefantes, en mi primer entrada quiero hablarles sobre una de mis escritoras y temática de libros preferidos. Como han podido leer en el enunciado, se trata de la celebérrima dama del crimen.


 
  Sobre el autor: Agatha Mary Clarissa Miller o Agatha Christie, fue una novelista, cuentista, autora teatral y poeta, nacida en 1890 en Inglaterra. En sus primeros años de infancia desarrolló un hambre voraz por la lectura, consumiendo a escritores como Edith Nesbit, Edward Lear, Lewis Carrol, Conan Doyle, entre otros; de los cuales extrajo sustancialmente cimientos para su propia obra.
Su opera prima—El misterioso caso de Styles— escrita en 1920, fue rechazada por seis empresas editoriales, arguyendo críticas muy duras que iban desde ´´repetir´´ el  ´´estilo´´de Conan Doyle con su personaje Sherlock Holmes hasta ser excesivamente ingeniosa[i] ; un año más tarde escribe su segunda novela El misterioso Mr. Brown, donde incluyó por primera vez a personajes como Tommy y Tupppence Beresford, esta vez la crítica fue más tenue.
La obra recopilada de Christie contiene 66 novelas Negras, 6 novelas Rosas y 14 historias cortas, estas últimas publicadas bajo el seudónimo de Mary Westmacott.
El Libro de los Guiness Récords la destacó como la autora más vendida de todos los tiempos. Solo siendo comparada con la Biblia y Romeo y Julieta de Shakespeare. Además fue traducida en al menos 103 idiomas.[ii]
Su obra más notable es El asesinato de Roger Ackroyd, la cual fue elegida como la mejor novela de crimen jamás escrita, por 600 miembros de la Asociación de Escritores de Crimen[iii]

    Reseña: ¿Qué pensarías y harías si en la habitual paz y calidez de tu pueblo, una mañana en el periódico local se anuncia un asesinato?

Los habitantes del pequeño pueblo Chipping Cleghorn se levantaron una mañana de octubre con la misma situación. ¿Qué era aquello que se decía en el periódico, acaso una broma de mal gusto? ¿Quién que desee matar a alguien hace de público conocimiento su intención? Para satisfacer sus interrogantes llegaron según detallaba el anuncio a la casa de Miss Blaclock, una anciana díscola y de mucha reputación, quien seguramente no se prestaría a dar bromas tan patéticas y absurdas como aquella. Al llegar  a la hora acordada, mientras todo el pueblo se encontraba en la sala de Miss Blaclock, sucede el asesinato: el presunto asesino está muerto, pero la anciana ha sido herida. ¿Ella el blanco? ¿El asesino se arrepintió? ¿Por qué matar a una anciana, por qué suicidarse?

A través del pasado de cada uno de los habitantes, Miss Marple, célebre personaje de Christie, haciendo uso de toda su experiencia de vida, sus ópticas acerca de la naturaleza humana, y una brújula de inteligencia aguzada, resuelve el misterio. La sorpresa es demasiado brillante.

Esta es una de las obras emblemáticas de Agatha Christie.

·        Breve Crítica: Las novelas de Christie sobresalen por el uso adecuado pero no lacónico de sus palabras. Oraciones inteligentemente ensambladas para crear el pulso hilarante de lectura. Al ser el escrito de naturaleza Negra, detectivesca o policial, Agatha hace uso de toda su habilidad para dejar rastros lo suficientemente importantes pero no demasiado informativos, sobre los sucesos posteriores. Son las redes que anclan los ojos del lector página por página hasta llegar al desenlace y las que elevan el ritmo cardiaco en cada capítulo.
Debo admitir que a mi consideración, no es una obra magistral como se afirma. Es una trama sencilla. Con personajes secundarios de los cuales no se sabe gran cosa y que por tanto se vuelven tediosos. La importancia está quizás en la brillante conducción del nudo. Hubiera preferido saber más del propio asesino(a) y de los personajes secundarios. El detective no pinta nada, y la obra se salva por Miss Marple. Básico. Algo simple para mi paladar. No pude sentir lo que me enamoró de la autora en esta historia.

Os dejo a ustedes la tarea de darle una oportunidad a este libro para que se hagan de criterio propio. Podría ser que ustedes sean de los que la encuentren memorable. Es una novela ligera, de 285 páginas que bien pueden leerse en un día u horas según el lector. ¡Animo! El final es espeluznante.

Si ya la leyeron, espero leer sus comentarios. Abrazos elefantinos.





[i] The Times Literary Supplement, 3 de febrero de 1921, p.78.
[ii] Libro Guiness de los Récords (1976), p.210.
[iii]  Brown, Jonathan (5 de noviembre de 2013). <<Agatha Christie´s The Murder of Roger Ackroyd voted best crime novel ever>> The Independent. 

6 de febrero de 2017

Poemas - Cristal Espinoza Gaitán


Cristal Espinoza Gaitán

Managua, 1990

LIQUIDA

He planeado
derretirme
trozar en pedazos mis huesos
vestirme líquida
absorbente.

Traslúcida
piel blanca
lunares tiñen
lo que soy:
            imitación de agua
            libre, encerrada
y pura.




HANDICAPPED

Hay algo averiado en mi
         que no encaja
una pieza con esquinas
en lugar de curvas en mi cabeza.

Mi cerebro es líquido,
mis gritos peñascos de auxilio
he quedado
manca
         muda

         coja.


GATO DE CHESHIRE

Gato intercambió su sonrisa por un trozo de pan, los ratones la usan para cubrir el piso y la pisan intentando destruir el molde que los rostros persiguen al enmascarar una felicidad. Las ratas intentan roerla para descifrar la receta de unos blancos dientes simétricos, mientras en Cheshire se llora al gato que muere de inanición.




**Tomados de la primera edicion de RE plataforma de ISSU. 

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Managua, Nicaragua, 29 de diciembre de 1990. Arquitecta. Ha participado en diversos talleres de creación literaria en Nicaragua tales como los impartidos por los poetas Julio Valle Castillo, Iván Uriarte y Víctor Ruiz. Ha publicado en las revistas literarias ANIDE (Asociación Nicaragüense de Escritoras) y Deshonoris Causa, y su obra es parte de la antología poética “Fumándola Verde” del movimiento “Jóvenes por el diálogo”. Cristal también ha participado en muchos recitales poéticos como la maratónica de poesía joven del Festival Internacional de Poesía Granada, Nicaragua.