30 de enero de 2017

Entre aguas profundas y harakiris. Por Ernesto A. Castro.


Después de un día de libros, conferencias sobre la narración universal y el orgasmo de las frases poéticas, algunos escritores deciden aparecer en los obituarios de forma voluntaria.
Criada entre bellas modelos y novelistas de la época victoriana, Virginia Woolf fue una de las escritoras que optó por el suicidio. En vida se desempeñó como novelista, editora, ensayista y crítica literaria. Fue la autora de la famosa sentencia: "Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción". Se caracterizaba por rechazar la clase media alta a la que pertenecía, por tener relaciones amorosas con hombres y mujeres, y por experimentar lapsos —que ella temía en demasía— de perturbación mental. Sufrió sus primeras depresiones desde muy pequeña producto de la muerte de sus padres, y del maltrato físico y psicológico de sus medio hermanos. Padeció de una enfermedad que en nuestra época se denomina trastorno bipolar. En la carta que dejó a su esposo días antes de morir, la describe como una enfermedad de enloquecimiento que la llevaba a escuchar voces. A sus cincuenta y nueve años decidió que ya no se podía enfrentar a ella. Se suicidó lanzándose a las aguas del Río Ouse, muy cerca de su casa. Para evitar que su cuerpo flotara a la superficie antes del ahogamiento, llenó sus bolsillos con varias rocas pesadas. Su cadáver fue encontrado casi un mes después.

Por otro lado, Hemingway se estalló la cabeza. Luego de sobrevivir una guerra con traumas, una serie de accidentes aéreos en África, una estancia en las aguas de Cuba y el honor de recibir el Premio Nobel de la Literatura por toda su obra; Ernest Hemingway tomó su escopeta favorita cuando nadie lo veía. Estaba en ruinas. Además del Periodismo, también se dedicó a la caza, pesca, música e incluso tuvo un período en el que fue conductor de ambulancias en Italia. Pero creció con una madre sobreprotectora y el rechazo de uno de sus primeros amores lo marcó tanto, que mantenía por costumbre no apegarse a las mujeres y abandonarlas de improviso. Quedó devastado con las cicatrices de bala en guerra, con las quemaduras resultado de su safari y con la repentina noticia del suicidio de su padre y hermanos. Ya entrado en la tercera edad, Hemingway se adentró en las estancias hospitalarias. Hemocromatosis, electrochoques, depresiones acrecentadas por los fármacos, y los resultados de largas noches de copas de toda su vida, lo dejaron al borde. Fue a la bodega del sótano, acarició su escopeta, se la metió en la boca, y permitió que se escucharan dos tiros.

Con tango en las calles y mate en la estufa, Alejandra jugaba desde joven con frascos de barbitúricos. La poeta argentina  Alejandra Pizarnik tomó varios cursos de Literatura, Filosofía y Periodismo. Incluso fue acreedora de las prestigiosas becas Guggenheim y Fullbright, las que le permitieron estudiar en Norteamérica y Europa. Trabajó en una revista francesa y publicó varios poemas y críticas literarias en diarios de ese mismo país. Entre sus poemarios más importantes se encuentran Extracción de la piedra de la locura y El infierno musical, que le dieron notoriedad. Sin embargo, tenía poca autoestima. Desde niña se vio agobiada por el acné, su aumento de peso y las constantes comparaciones con el físico de su hermana. La temática de sus escritos siempre rondaba la soledad, el dolor y, sobre todo, la muerte. Fue adicta a las anfetaminas desde su adolescencia, las que le provocaban largos estados de euforia e insomnio. Un día en el que le habían dado permiso para salir del psiquiátrico donde se recuperaba de un cuadro depresivo y dos intentos de suicidio previos, con tal sólo 36 años, Pizarnik se mató con la ingesta de 50 pastillas de Seconal.


Principalmente reconocida por su poesía, la escritora norteamericana Sylvia Plath también escribió novelas, relatos y ensayos. Publicó a partir de los ocho años, edad en la que comenzó a cosechar éxito en el ámbito literario. Desde su primer año en la universidad, Plath intentó quitarse la vida (intentos frustrados con pastillas y un auto). Esto conlleva a internarse en una institución psiquiátrica, recuperarse favorablemente en el momento, y graduarse con honores. Al igual que Pizarnik, Sylvia Plath también obtuvo la beca Fullbright, con la que continuó sus estudios en la Universidad de Cambridge. Fue ahí donde conoció al que sería su esposo, el poeta Ted Hughes. Con Hughes, Plath experimentó un aborto, el nacimiento fructuoso de dos hijos y la separación definitiva después que éste le fuera infiel con otra poeta. Con Frieda y Nicholas, sus hijos, Plath se marchó a Londrés donde afrontó la separación siguiendo con su trabajo literario. Sin embargo ahí cae enferma, se queda sin dinero y sus depresiones se hacen más constantes. Durante mucho tiempo se especuló que sus depresiones se debían a la muerte de su padre que nunca pudo superar, pero hoy se cree que ella también sufría trastorno bipolar (para el que no se contaba con medicación en ese entonces). El 11 de febrero de 1963 fue encontrada muerta tras haber sellado las rendijas de la cocina, abierto la llave del gas y haber metido su cabeza en el horno. Antes de esto se aseguró de dejar tostadas y leche caliente para sus hijos. Nicholas Hughes Plath creció siendo un hombre solitario y se suicidó 46 años después.

El harakiri era un ritual japonés por desentrañamiento, y Yukio Mishima lo sabía muy bien. Era un ritual para morir con honor, y así evitar caer en manos del enemigo y ser torturado. Novelista y dramaturgo, Mishima escribió obras donde se rebela en contra de una sociedad inmoral y escasamente espiritual. Fue reconocido como un gran estilista lingüístico. Dado que tenía tuberculosis, no pudo participar en la guerra, hecho de su vida que calificó como uno de los más humillantes. Su sueño era ser piloto kamikaze. En cambio asistió a la escuela elitista Peers, donde acudía la aristocracia japonesa. En su estancia en dicha escuela se le denotaba como un muchacho frágil y pálido, pero con gran talento, siendo el miembro más joven de la junta literaria. Sin embargo, a pesar de ya haber publicado varios relatos, su padre no le permite una carrera de escritor y lo obliga a estudiar Ley Alemana. Se graduó en Tokio como abogado, aunque tan sólo un año después se da de baja en el oficio y se dedica de lleno a la escritura. Salta a la fama a los 24 años con Confesiones de una máscara, una novela supuestamente autobiográfica sobre un joven homosexual que se esconde tras de una máscara para encajar en la sociedad. De la mano con el quehacer literario comenzó un rígido entrenamiento corporal a base de levantamiento de pesas y artes marciales, consiguiendo con ésto un impresionante físico del que se sentía orgulloso. Se casa, tiene tres hijos y en los últimos diez años de su vida actúa en varias películas y trabaja en la adaptación de sus propias historias. Nadie sospechaba que había estado planeando su muerte desde hacía cuatro años. Luego de no hacerse oír en un discurso para provocar un golpe de estado en su país, Yukio Misihima prosiguió con su harakiri. Se clavó un arma corta en el abdomen (conocida como tanto) y se hizo un corte de izquierda a derecha. Aún con vida, y desangrándose, dio orden a uno de sus asistentes para que lo decapitara. El asistente intentó decapitarlo tres veces, pero no tuvo éxito. Agonizante, Mishima dio orden a un segundo asistente para que intentara hacerlo mejor. El segundo asistente lo logró. Todo esto se realizó a la vista de varios espectadores.

Francisco Ruiz Udiel nació en Estelí, Nicaragua en 1977 y murió de forma trágica el 31 de diciembre del 2010. Fue un poeta vanguardista, editor y promotor cultural. Colaboró en varias revistas y diarios muy reconocidos en el país. Con su Alguien me ve llorar en un sueño ganó el Premio Internacional Ernesto Cardenal de Poesía Joven. Varios escritores como Sergio Ramírez y Ernesto Cardenal lo consideran "el heredero de la poética latinoamericana". Dedicó un poema a Sexton, Plath y Pizarnik, Cada cuatro años nace una poeta suicida, donde escribe refiriéndose a la muerte: "Yo la conozco muy poco, / pero me consta aborrece / su funéreo oficio. / Últimamente la han visto respirar / cierto aire suicida." La última entrada en su bitácora web hace referencia, como un vaticinio, a un funeral donde el difunto es él mismo. Tras su muerte se oficiaron tres días de homenaje. No se conocen detalles sobre su suicidio.

La mención de escritores suicidas podría seguir. Es más: muchos psiquiatras afirman que la mención no parará ya que el oficio de escritor es conocido como uno de los más peligrosos. Una amplia gama de causas se debaten al respecto. Las principales son que los escritores tienden a estar en medios de soledad excesiva, traumas no resueltos, excentricidad, locura. Hasta, tal vez,  que en el afán de crear ficciones verídicas, se adentran demasiado en la vida, ven de cerca sus tragedias, y no encuentran más opción que huir de ella.

**Texto publicado en la Primera Edición de Equinoccio 2016 Plataforma ISSU