Después de un día de libros,
conferencias sobre la narración universal y el orgasmo de las frases poéticas,
algunos escritores deciden aparecer en los obituarios de forma voluntaria.
Criada entre bellas modelos
y novelistas de la época victoriana, Virginia Woolf fue una de las escritoras
que optó por el suicidio. En vida se desempeñó como novelista, editora,
ensayista y crítica literaria. Fue la autora de la famosa sentencia: "Una
mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción".
Se caracterizaba por rechazar la clase media alta a la que pertenecía, por
tener relaciones amorosas con hombres y mujeres, y por experimentar lapsos —que
ella temía en demasía— de perturbación mental. Sufrió sus primeras depresiones
desde muy pequeña producto de la muerte de sus padres, y del maltrato físico y
psicológico de sus medio hermanos. Padeció de una enfermedad que en nuestra
época se denomina trastorno bipolar. En la carta que dejó a su esposo días
antes de morir, la describe como una enfermedad de enloquecimiento que la
llevaba a escuchar voces. A sus cincuenta y nueve años decidió que ya no se
podía enfrentar a ella. Se suicidó lanzándose a las aguas del Río Ouse, muy
cerca de su casa. Para evitar que su cuerpo flotara a la superficie antes del
ahogamiento, llenó sus bolsillos con varias rocas pesadas. Su cadáver fue
encontrado casi un mes después.
Por otro lado, Hemingway se
estalló la cabeza. Luego de sobrevivir una guerra con traumas, una serie de
accidentes aéreos en África, una estancia en las aguas de Cuba y el honor de
recibir el Premio Nobel de la Literatura por toda su obra; Ernest Hemingway
tomó su escopeta favorita cuando nadie lo veía. Estaba en ruinas. Además del
Periodismo, también se dedicó a la caza, pesca, música e incluso tuvo un
período en el que fue conductor de ambulancias en Italia. Pero creció con una
madre sobreprotectora y el rechazo de uno de sus primeros amores lo marcó
tanto, que mantenía por costumbre no apegarse a las mujeres y abandonarlas de
improviso. Quedó devastado con las cicatrices de bala en guerra, con las
quemaduras resultado de su safari y con la repentina noticia del suicidio de su
padre y hermanos. Ya entrado en la tercera edad, Hemingway se adentró en las
estancias hospitalarias. Hemocromatosis, electrochoques, depresiones
acrecentadas por los fármacos, y los resultados de largas noches de copas de
toda su vida, lo dejaron al borde. Fue a la bodega del sótano, acarició su
escopeta, se la metió en la boca, y permitió que se escucharan dos tiros.
Con tango en las calles y
mate en la estufa, Alejandra jugaba desde joven con frascos de barbitúricos. La
poeta argentina Alejandra Pizarnik tomó
varios cursos de Literatura, Filosofía y Periodismo. Incluso fue acreedora de
las prestigiosas becas Guggenheim y Fullbright, las que le permitieron estudiar
en Norteamérica y Europa. Trabajó en una revista francesa y publicó varios
poemas y críticas literarias en diarios de ese mismo país. Entre sus poemarios
más importantes se encuentran Extracción
de la piedra de la locura y El
infierno musical, que le dieron notoriedad. Sin embargo, tenía poca
autoestima. Desde niña se vio agobiada por el acné, su aumento de peso y las
constantes comparaciones con el físico de su hermana. La temática de sus
escritos siempre rondaba la soledad, el dolor y, sobre todo, la muerte. Fue
adicta a las anfetaminas desde su adolescencia, las que le provocaban largos
estados de euforia e insomnio. Un día en el que le habían dado permiso para
salir del psiquiátrico donde se recuperaba de un cuadro depresivo y dos
intentos de suicidio previos, con tal sólo 36 años, Pizarnik se mató con la
ingesta de 50 pastillas de Seconal.
Principalmente reconocida
por su poesía, la escritora norteamericana Sylvia Plath también escribió
novelas, relatos y ensayos. Publicó a partir de los ocho años, edad en la que
comenzó a cosechar éxito en el ámbito literario. Desde su primer año en la
universidad, Plath intentó quitarse la vida (intentos frustrados con pastillas
y un auto). Esto conlleva a internarse en una institución psiquiátrica,
recuperarse favorablemente en el momento, y graduarse con honores. Al igual que
Pizarnik, Sylvia Plath también obtuvo la beca Fullbright, con la que continuó
sus estudios en la Universidad de Cambridge. Fue ahí donde conoció al que sería
su esposo, el poeta Ted Hughes. Con Hughes, Plath experimentó un aborto, el
nacimiento fructuoso de dos hijos y la separación definitiva después que éste
le fuera infiel con otra poeta. Con Frieda y Nicholas, sus hijos, Plath se
marchó a Londrés donde afrontó la separación siguiendo con su trabajo
literario. Sin embargo ahí cae enferma, se queda sin dinero y sus depresiones
se hacen más constantes. Durante mucho tiempo se especuló que sus depresiones
se debían a la muerte de su padre que nunca pudo superar, pero hoy se cree que
ella también sufría trastorno bipolar (para el que no se contaba con medicación
en ese entonces). El 11 de febrero de 1963 fue encontrada muerta tras haber
sellado las rendijas de la cocina, abierto la llave del gas y haber metido su
cabeza en el horno. Antes de esto se aseguró de dejar tostadas y leche caliente
para sus hijos. Nicholas Hughes Plath creció siendo un hombre solitario y se
suicidó 46 años después.
El harakiri era un ritual
japonés por desentrañamiento, y Yukio Mishima lo sabía muy bien. Era un ritual
para morir con honor, y así evitar caer en manos del enemigo y ser torturado.
Novelista y dramaturgo, Mishima escribió obras donde se rebela en contra de una
sociedad inmoral y escasamente espiritual. Fue reconocido como un gran
estilista lingüístico. Dado que tenía tuberculosis, no pudo participar en la
guerra, hecho de su vida que calificó como uno de los más humillantes. Su sueño
era ser piloto kamikaze. En cambio asistió a la escuela elitista Peers, donde
acudía la aristocracia japonesa. En su estancia en dicha escuela se le denotaba
como un muchacho frágil y pálido, pero con gran talento, siendo el miembro más
joven de la junta literaria. Sin embargo, a pesar de ya haber publicado varios
relatos, su padre no le permite una carrera de escritor y lo obliga a estudiar
Ley Alemana. Se graduó en Tokio como abogado, aunque tan sólo un año después se
da de baja en el oficio y se dedica de lleno a la escritura. Salta a la fama a
los 24 años con Confesiones de una
máscara, una novela supuestamente autobiográfica sobre un joven homosexual
que se esconde tras de una máscara para encajar en la sociedad. De la mano con
el quehacer literario comenzó un rígido entrenamiento corporal a base de
levantamiento de pesas y artes marciales, consiguiendo con ésto un
impresionante físico del que se sentía orgulloso. Se casa, tiene tres hijos y
en los últimos diez años de su vida actúa en varias películas y trabaja en la
adaptación de sus propias historias. Nadie sospechaba que había estado
planeando su muerte desde hacía cuatro años. Luego de no hacerse oír en un
discurso para provocar un golpe de estado en su país, Yukio Misihima prosiguió
con su harakiri. Se clavó un arma corta en el abdomen (conocida como tanto) y
se hizo un corte de izquierda a derecha. Aún con vida, y desangrándose, dio
orden a uno de sus asistentes para que lo decapitara. El asistente intentó
decapitarlo tres veces, pero no tuvo éxito. Agonizante, Mishima dio orden a un
segundo asistente para que intentara hacerlo mejor. El segundo asistente lo
logró. Todo esto se realizó a la vista de varios espectadores.
Francisco Ruiz Udiel nació
en Estelí, Nicaragua en 1977 y murió de forma trágica el 31 de diciembre del
2010. Fue un poeta vanguardista, editor y promotor cultural. Colaboró en varias
revistas y diarios muy reconocidos en el país. Con su Alguien me ve llorar en un sueño ganó el Premio Internacional
Ernesto Cardenal de Poesía Joven. Varios escritores como Sergio Ramírez y
Ernesto Cardenal lo consideran "el heredero de la poética
latinoamericana". Dedicó un poema a Sexton, Plath y Pizarnik, Cada cuatro años nace una poeta suicida,
donde escribe refiriéndose a la muerte: "Yo la conozco muy poco, / pero me
consta aborrece / su funéreo oficio. / Últimamente la han visto respirar /
cierto aire suicida." La última entrada en su bitácora web hace
referencia, como un vaticinio, a un funeral donde el difunto es él mismo. Tras
su muerte se oficiaron tres días de homenaje. No se conocen detalles sobre su
suicidio.
La mención de escritores suicidas podría seguir. Es más: muchos psiquiatras afirman que la mención no parará ya que el oficio de escritor es conocido como uno de los más peligrosos. Una amplia gama de causas se debaten al respecto. Las principales son que los escritores tienden a estar en medios de soledad excesiva, traumas no resueltos, excentricidad, locura. Hasta, tal vez, que en el afán de crear ficciones verídicas, se adentran demasiado en la vida, ven de cerca sus tragedias, y no encuentran más opción que huir de ella.
**Texto publicado en la Primera Edición de Equinoccio 2016 Plataforma ISSU